El inicio de la Historia: Búsqueda.

El inicio de la Historia: Búsqueda.
Una foto y un escándalo que evitar; lo demás no es tan simple a la vista.

martes, 24 de agosto de 2021

#HistoriasCortasTCE No. 61: “Brillo-Parte 2”.


Viene de anterior: #HistoriasCortasTCE No. 61: “Brillo-Parte 1”.

-Notas de la Autora: En esta ocasión acompañamos a Don Fabriciano Rosales, junto a su joven y despampanante amante: Vicky Peralta, por las calles de la ciudad en plena noche. Será una conversación donde no sólo escucharemos el acostumbrado malhumor de Don Fabriciano ante la torpeza de Vicky, quien lo ha desobedecido escogiendo la esmeralda equivocada. Aquí es donde el hoy empresario, comenzará a recordar sus días como minero y todas las aventuras, enseñanzas y sabiduría popular que en su camino por los túneles aprendió. Vicky lo escuchará con extrañeza e incredulidad, pero Fabriciano le reafirmará con sus palabras, lo poderosa que es la palabra “esmeralda”. ¡Como siempre, que disfruten la lectura!

 Melissa G.

 ***

   Noche en la ciudad.  Interior de un lujoso auto por las calles capitalinas.

   Fabriciano y Vicky iban en sentados en la parte trasera del lujoso auto del ex minero.  Él mismo, se encontraba disgustado con su amante.

-Vicky:  Veo que sigues con tu malhumor, Fabri.  Yo no sé por qué te pones así, que no me haya puesto la joya que tú querías no significa nada malo.

-Fabriciano: ¡Claro que significa algo malo!  ¡Y significan dos vainas que odio!

-Vicky: Cómo así, Fabri. No te entiendo.

-Fabriciano: Eso no me sorprende, tu especialidad no son los trabajos que incluyen el intelecto....Pero voy a perder mi tiempo explicándotelo.  Una vaina ya te la dije y tú la sabes muy bien:  Si digo una vaina, es para que se haga exactamente como quiero.  La otra, odio cuando alguien no valora una esmeralda.

-Vicky: ¡Fabri, yo jamás, jamás he dejado de valorar una esmeralda!  ¡Tú por qué crees que me encanta ser tu mujerona!

 -Fabriciano:  Una vaina es que seas una interesada, otra que sepas valorar lo que consigues de mí.

 -Vicky:  Ay no, Fabri, a mí no solamente me encantan las esmeraldas que me das; también me gustas todo tú.  ¡Eres mi tigre, mi león, mi lobo salvaje!

 -Fabriciano: ¡Ya, ya, no estoy para tu “lisonjería barata”, yo sé que andas conmigo por mi plata!  Eso lo comprendo, pero por lo menos pido que valores una esmeralda con lo mucho o poco que tengas de cerebro.  Cuando te mandé a usar ese collar, estaba probándote para ver si en verdad te acuerdas de todas las explicaciones que te doy cuando te regalo una esmeralda. 

 -Vicky:  Fabri, yo no soy minera para estar aprendiéndome todas esas cosas que me dices, ni te entiendo cuando lo haces.

 -Fabriciano:  Tú no serás minera, ¡pero yo sí lo fui, carajo!  ¡Estas manos que ves aquí, por mucho tiempo trabajaron sacando a navajazo limpio, a mano limpia las esmeraldas que te pones en el pescuezo!  ¡Ese collar que te pedí que usaras, está hecho a base de una piedra que casi me cuesta la vida sacar; te acuerdes que te dije que lo hice después que nació César, cuando Don Nicanor me dio una mejor posición en  “La Próspera”! 

 -Vicky:  Ya me acuerdo, Fabri.  Me dijiste que era la primera esmeralda que sacaste, siendo algo más que un minero.

 -Fabriciano:  Así es, ya no era un minero; sino un supervisor de la explotación de la mina, tenía acceso a las vetas, podía picarlas. Esa piedra marcó mi comienzo hacia el triunfo, poco a poco fui ascendiendo hasta convertirme en el dueño de todo.  Esa esmeralda me trae suerte; porque, además, estuve a punto de perder la vida el día que la extraje, pero no me dejé, no morí siendo un “Don nadie”.

-Vicky:  Para la próxima no se me va a olvidar, Fabri.

 -Fabriciano: ¡Para la próxima.....Eso es lo único que se te ocurre decir!  ¡Por eso es que no pude amarrar de una vez el trato con los gringos, me faltaba mi esmeralda de la suerte! 

 -Vicky:  Fabri, no seas supersticioso; además, yo te colaboré siendo bien atenta con los gringos.  Me les paseaba por delante para que vieran mis curvas y de vez en cuando me agachaba para que se recrearan la vista.

 -Fabriciano: ¡Es que no entiendes nada, carajo, aunque te esfuerces por hacerlo!  Vicky, trata de comprender que una esmeralda, es algo más que una piedra verde que vale mucho dinero.  Es el fruto del trabajo de hombres que arriesgan sus vidas, metidos en un socavón; aguantando temperaturas de hasta 48 a 50 grados centígrados a metros de profundidad.  ¡Hay que tener pantalones, ser muy macho para ser minero!  ¡Ellos son los verdaderos héroes de este negocio, carajo!

 -Vicky: ¿Qué tiene que ver eso con el hecho de que no hayas cerrado el negocio?

 -Fabriciano:  Del uso que se le dé a la esmeralda, dependerá el futuro del que la posee.  Si esa esmeralda es mía y se la doy a una mujer que lo único que hace es encajonarla y olvidarla en un rincón de una bóveda de banco; eso mismo me puede pasar a y mí a todas mis cosas.  Por eso, cuando te digo que te pongas ese collar, ¡hazlo!  ¡Hay que respetarla!

-Vicky:  Fabri, con la pena, pero todo eso me suena a locura.

 -Fabriciano: ¡No es ninguna locura, es la vaina más cierta que exista!  No te voy a negar que he visto muchos hombres que han perdido la razón, obsesionados por encontrar una gema que los saque de la miseria. ¡Es tanta la desesperación que uno tiene por hallar una esmeralda, que metido ahí en el túnel de la mina; uno queda viendo “todo verde”!

 -Vicky: Ay, Fabri, todo eso suena como a ciencia ficción.

-Fabriciano:  No es ninguna ficción, es la vida misma en la región esmeraldífera, donde he vistos muchos hombres quedar arruinados, a pesar de haber conseguido una fortuna a partir de una esmeralda de buen tamaño.

 -Vicky: ¿Y qué les pasó, por qué quedaron arruinados?

 -Fabriciano:  Muchos dicen que fue por gastarse la plata en mujeres y tragos; pero los que saben del negocio, conocen que fue “la furia de la esmeralda”.  Si no se aprecia la dicha que una gema puede regalar, ella termina convirtiendo en un desgraciado al que la desaprovechó, esclavizándolo de por vida.  Todo por no saber valorar y proteger a la esmeralda.  ¡Uno nunca debe engañar a una esmeralda, ni dejar de cumplirle!


Melissa G. (#SigueLeyendoNovelaTCE).

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