El inicio de la Historia: Búsqueda.

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Una foto y un escándalo que evitar; lo demás no es tan simple a la vista.

jueves, 29 de enero de 2015

#HistoriasCortasTCE No. 17: “EL Amigo del Zar de las Esmeraldas-Parte 1”.


#HistoriasCortasTCE No. 17: “EL Amigo del Zar de las Esmeraldas-Parte 1”.

  
Bogotá.  Instalaciones de GEMAS GENERACIÓN ROSALES, S.A. Presente.

   Ernesto había tentado a su padre Don Fabriciano Rosales a caer en la peor de las mortifiaciones que podía sentir en esos momentos: Alarmarse por la estabilidad de la boda entre César y Mercedes.  Con complacencia, Ernesto observaba cómo Don Fabriciano hablaba alterado por teléfono con su hijo César.  Fabriciano decía en voz alta en su oficina: -¡César, m’hijo, cómo está eso que te peleaste con Merceditas si estas a pocos días de casarte con ella!........¡Pero, m’hijo, si todo salió publicado en una de esas revistas de chismes que tanto me molestan verlas, son puras cosas de viejas lavanderas, pero bueno...!
    Por su parte, César en su oficina en Gemas Generación Rosales, S.A.  trata de responderle a su padre por teléfono.  Con molestia reflejada en sus ojos verdes, César, el llamado “zar legal de las esmeraldas”, dice:  -Papá, papá, cálmate, yo no sé de dónde sacaste eso, pero nada de lo que me dices es verdad.....César escuchó la respuesta de su padre, quien no se convencía del todo: -¡Pero, m’hijo, ya te dije que salió en una de esas revistas de chismes que leen las viejas ociosas como tu mamá en el salón de belleza!  César muy directo:  -¿Papá, se puede saber quién te comentó sobre esa revista donde salió publicada esa mentira?  Fabriciano serio responde: -M’hijo, estaba aquí reunido en la oficina con tu hermano Ernesto y él me comentó que por casualidad había visto esa revista en la sala de espera de la oficina de un ejecutivo bancario con el cual se entrevistó para buscar financiamiento en un futuro; tú sabes, para lo de los proyectos de ampliación de la empresa.  César con molestia, decide terminar la conversación, no sin antes dejarle claro a su padre las intenciones tras el comentario de Ernesto: -Mira, papá, yo no sabía que Ernesto ahora nos resultó lector asiduo de revistas de chismes, pero creo que en lugar de preocuparte por mi boda con Mercedes, deberías preguntarte qué hacía Ernesto encargándose de algo que nadie le había ordenado, ¿o acaso tú le pediste que fuera a buscar financiamiento? ¿Don Enrique ha retirado su palabra de apoyarnos a través de sus bancos?  Fabriciano sorprendido, dice: ¡N’hombre, no, m’hijo, Quique sigue firme en apoyarnos, si es tu suegro, por Dios! Ernesto quiso ir por su cuenta para averiguar otras opciones, eso es todo.....César por las palabras que dijo su padre, sólo agrega:  -Ahí tienes tu respuesta, papá. Que tengas buen día.  César con molestia cierra el teléfono y su rostro evidencia un cansancio que delataba el hastío por la constante intriga de su hermano Ernesto.


 Tras todo ese incidente, César abandona las instalaciones de su empresa: Gemas Generación Rosales, S.A y se dirige a un restaurante bar de la localidad.  En el interior del mismo, en la barra de lugar, lo esperaba su amigo y abogado: ARÍSTIDES KOSMAS.  Arístides era contemporáneo de César, un hombre en sus cuarenta, atractivo, de personalidad madura y de raíces griegas.  El evento más fuerte en la vida de Arístides había sido la pérdida de su esposa años atrás y sin duda alguna el tesoro más preciado que tenía eran sus dos hijas Carmen y Grecia, las cuales habían crecido, dejando de ser unas pequeñitas para encaminarse hacia la adolescencia.  Todas las circunstancias de la vida de Arístides habían forjado en él un carácter metódico, analítico, equilibrado; precisamente las características que colaboraban a entender y aconsejar de mejor manera a su amigo César.  Tomándose un trago, Arístides divisa de lejos a César entrando en el restaurante.  Con paso acelerado y expresión de molestia, César llega hasta su amigo y de una vez comienza a descargar su ira por lo que había hecho su hermano Ernesto: 

-¡Como ya te había dicho, el payaso de Ernesto ahora resultó ser supervisor de prensa; le vino a decir a mi papá que había leído una noticia de problemas entre Mercedes y yo! ¡Qué te parece, qué te parece, Arístides! 
     Arístides con toda la calma del mundo le responde a César:  -Ay, hermano, me pones en un dilema, porque te hago la siguiente pregunta:  Ese rumor de problemas entre tú y Mercedes es un chisme o una realidad.  Porque a mí me consta que sí hay problemas, siempre ha sido así, la cosa es si hubo forma de que se infiltrara esa información a la prensa, porque hasta ahora los dos han sabido posar muy bien ante las cámaras, ¡toda ha sido felicidad hasta ahora para el público...!, pero ésa no es la verdad.  Por qué no mejor me cuentas, César, qué es lo que está pasando, para poder ayudarte.  Mire, le pido un trago y mientras tanto usted comienza a desahogarse.  A ver, cuente, que lo escucho.....


    César toma aire y exhala para calmarse, a la par que comienza a sincerarse. -Bueno, Arístides, Mercedes ya me había comentado algo.  Salió una foto en una estúpida revista de chismes sociales y del espectáculo donde aparentemente, me cansé de posar y me captaron en un momento de genuino fastidio.  Mercedes me reclamó, tuvimos una buena pelea por eso, pero fue una tontería.  Todo fue por salir con ella una noche en la que estaba cansado, pero ella insistió e insistió y yo accedí para que se terminaran los reclamos de siempre.  La estrategia fue mala, porque al final el cansancio me ganó y salí con cara de pocos amigos en la dichosa publicación. Eso fue todo.....


    Arístides había escuchado cada palabra de su amigo César con atención y hasta preocupación.  Encontrando las ideas más precisas para la situación, decide recomendar lo siguiente: -César, hermano, yo creo que usted debe terminar con esa molestia que siente por casarse y comenzar a ver todo más objetivamente.  Mira, ya son muchos años a lado de Mercedes y deben comenzar a resolver sus diferencias.  ¡César, te vas a casar, no te van a fusilar!  César permitiéndose un chiste irónico mientras tomaba su trago, dice: ¿Es que acaso no es la misma cosa casarte y que te fusilen? Arístides ante el comentario, afirma:  Bueno, César de qué estamos hablando aquí, ¿acaso no te quieres casar con Mercedes?
   Los ojos verdes de César, el “zar legal de las esmeraldas”, expresaron su asombro, ante la súbita pregunta que Arístides le hizo.  La respuesta, mostraría la verdad de sus sentimientos, que sus ojos acababan de confesar.



Continuará en la próxima #HistoriasCortasTCE No.17-Parte 2…..

Melissa G. 

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jueves, 22 de enero de 2015

#HistoriasCortasTCE No. 16-Parte 2: “La Suerte de las Esmeraldas”.



#HistoriasCortasTCE No. 16-Parte 2: “La Suerte de las Esmeraldas”.





Bogotá.  Instalaciones de GEMAS GENERACIÓN ROSALES, S.A. Presente.


   Ernesto dentro de su oficina, estaba a punto de enfrentar a su padre, Don Fabriciano Rosales, con quien no llevaba una buena relación.  Eran las burlas, las ironías e hipocresías las armas que él mejor usaba, para enfrentar la dureza, el desprecio y la torpeza que su padre empleaba para dirigirse a él.  Una incómoda verdad familiar era la explicación para esa mala relación entre padre e hijo, y Ernesto la conocía a la perfección, razón por la cual optaba siempre por buscar salidas rápidas a lo que lo consumía por dentro.  Una de esas salidas fue la suerte, la adrenalina del azar, el convertirse en un ganador de forma instantánea al apostar y prontamente Ernesto descubrió que dentro de un casino, él era el único triunfador entre todos los Rosales De la Vega. Ernesto se envolvía en una emoción tan embriagadora al ver que con una decisión rápida, se hacía de dinero y de poder en una mesa de un casino, que prontamente lo alcanzó la astuta tentación de sencillamente no detenerse en sus apuestas, lo que borró de inmediato la condición de triunfador y lo colocó en la dura realidad de ser un hombre lleno de deudas monetarias.  Era el momento de escaparse de una posible descalificación de su padre y para eso, Ernesto necesitaba nuevamente a que la suerte lo ayudara en sus intenciones. 



     Unos minutos después Ernesto ingresa a la oficina de su padre Fabriciano Rosales y éste terminaba de hablar por teléfono con su amante Vicky Peralta. –Nos vemos en la noche, ¡mi mujerona!......Ante el piropo que Fabriciano le propició a su amante, Ernesto sonrío silenciosamente en son de burla.  Fabriciano cerrando el teléfono, se percata de la mofa de su hijo y le dice sin consideraciones:  ¡Y tú de qué te ríes, payaso! Ernesto prefiere negar el acto diciendo:  ¿Yo? De nada.  ¿Acaso hiciste algo digno de que uno se riera? Bueno, papá a lo que vine.  Necesito ir a la mina porque César anda muy ocupado con lo de la línea de joyas y.......Fabriciano interrumpe a Ernesto para decir:  Sí, sí, ya hablé con tu hermano César y él me dijo que te fueras a la mina.....Ernesto replica: -Ah, vaya, ahora es César el que da los permisos y órdenes para ir a la mina La Próspera, yo que juraba que el yacimiento era del dominio de todos los miembros de la familia......Fabriciano indica: No, la mina es sólo mía....pero a lo que te llamé, caramba.....¿Cómo está ese asunto que debes una fortuna en el casino del “Royal Bogotá”? Ernesto comienza a jugar a dar largas, esperando la llamada de Cynthia a Fabriciano: -Papá, no sé quién te dijo eso, pero la situación no es así, más bien está en total control.  Sí, perdí un poco de dinero, pero nada que mis ganancias personales en la empresa no puedan cubrir.  ¿Quién no tiene una mala noche en un casino? Fabriciano serio dice:  Eso no fue lo que me dijo el administrador del casino, porque con él fue con quien hablé........Ernesto guardó silencio esperando el sonido del celular que lo sacara de su aprieto.  En ese instante la llamada llega al celular de Fabriciano.  Él ve el número y al desconocerlo dice:  No sé quién me molesta, ese número no lo conozco, debe ser equivocado.....Ernesto le insiste a su padre: ¡No, papá, contesta, por favor!.....Puede ser importante.  Fabriciano con cierta incredulidad contesta:  ¡Aló! Los segundos que transcurrieron fueron para Ernesto críticos.  

     Él observaba a su padre con atención y veía cómo la expresión del mismo cambiaba con cada palabra que escuchaba.  El rostro de Fabriciano pasó de la intriga, a la atención, de ahí al cuestionamiento, para luego relajarse un poco.  Fue entonces cuando dijo en voz alta:  Bueno, si es así, voy a hablar con mi hijo.....Le agradezco la llamada, señorita, mándele saludos al gerente del casino del Royal Bogotá y dígale que le agradezco que se haya tomado la molestia de llamarme desde fuera del país en medio de su viaje de negocios, pues........Gracias a usted....Perdón, con quién tuve el gusto......Gracias, Evangelina, que tengas un buen día.



    Fabriciano cierra la llamada, sin haber sospechado con quién había realmente hablado y Ernesto cual niño inocente pregunta: ¿Quién era, papá? Fabriciano muy directo, dice: -Te salvaste, me llamó la secretaria del gerente del casino para darme un mensaje de parte de él,  dice que ya está arreglando el asunto contigo, que no me preocupe.  Yo sólo espero que sea así, que tengas con qué pagar y que pagues, porque te advierto, si me vuelven a molestar con el mismo asunto, Ernesto, voy a pagar por ti, pero te voy a cobrar muy caro: ¡Te saco a patadas de la empresa y asunto saldado! Ernesto dice fríamente:  Eso no será necesario, papá.  A pesar que Ernesto se había librado momentáneamente de su problema, decidió meter en aprietos a su hermano César.  –Papá, cambiando de tema, quería hacer una pregunta algo personal.....¿Ya se arreglaron César y Merceditas? Es que supe que habían peleado y como estamos a días de la gran boda......Fabriciano se pone de pie y dice alarmado: ¡QUE CÉSAR Y MERCEDITAS PELEARON!  Los ojos de Ernesto brillan ante la complacencia de ver alarmado a su padre y en apuros a su hermano mayor.



Continúa en la siguiente #HistoriasCortasTCE No. 17-Parte 1…..

Melissa G.  

jueves, 15 de enero de 2015

#HistoriasCortasTCE No. 16-Parte 1: “La Suerte de las Esmeraldas”.


#HistoriasCortasTCE No. 16-Parte 1:  “La Suerte de las Esmeraldas”.


Bogotá.  Instalaciones de GEMAS GENERACIÓN ROSALES, S.A. Presente.


    Don Fabriciano Rosales se encuentra con su hijo Ernesto cara a cara por los pasillos de la empresa de esmeraldas Gemas Generación Rosales, S.A.  Ernesto era un hombre pasando sus treinta y cinco años, atractivo, de cabello y ojos oscuros, sarcástica sonrisa y brillo de ambición en su mirada.  Quizás el rasgo más fuerte en Ernesto era su sagaz inteligencia.  A pesar de todo esto, para Fabriciano ser el padre de Ernesto hasta ahora no había sido una ventaja personal dada su propia ambición, por el contrario, ese hijo había sido para él una carga sobre sus hombros.  Con desagrado, Fabriciano escucha el irónico saludo de Ernesto: -¡Cómo amaneces, papá, dado que hace rato no se te ve por ninguna parte! Fabriciano toscamente le responde a su hijo: -¡QUÉ TE IMPORTA! Ernesto sonríe como sólo lo sabía hacer él y esconde sus sentimientos tras una contestación indiferente: -Como quieras.....ah, necesitamos hablar, tengo que ir a la mina La Próspera.....No, no, no, papá, no me mires así, no es por capricho que quiero abandonar la empresa, es por pedido de César, alias tu hijo preferido.  Como él anda ahora queriendo ser joyero, alguien le dijo que podía serlo, yo no, la mina está siendo descuidada, al igual que su producción; así que hay que mandar a alguien y quién mejor que yo que sé cómo funcionan las cosas.  Fabriciano sólo aprieta su cara en son de molestia, para luego añadir toscamente: -Está bien, ve a mi oficina en cinco minutos; total, hay algo que tengo que decirte.  ¡Y no te demores que yo no tengo tiempo que perder, carajo! Ernesto sonríe y dice: -No te preocupes, papá.
    Tan pronto como Fabriciano desaparece de la vista de Ernesto éste parece entender por adelantado lo que su padre quería decirle en privado.  Su expresión confiada cambió a consternación, pero rápidamente su mente comienza a trabajar en sus opciones.  Si Ernesto en lugar de ser un ejecutivo heredero de un imperio de esmeraldas  fuera un minero, sin duda alguna sería uno de los trabajadores más astutos, de juego sucio y amante de romper las reglas de compañerismo y solidaridad en nombre de la supervivencia.  Ernesto dentro de una mina no laboraría para encontrar una esmeralda, sino para quitársela a quien que se haya jugado la vida para encontrarla.  Él sería de la táctica de esperar a que alguien casi saliendo del túnel con una bella gema de color verde se tropezara con una trampa colocada por él, para quitarle la esmeralda.  La realidad era que las armas de Ernesto no eran una navaja o algo con filo usado en la oscuridad de un túnel para arrebatar lo que no había conseguido con esfuerzo propio; sus armas eran propias de la comodidad del dinero y de las influencias y poder dentro de un negocio tan tentador como el de las esmeraldas.

     Ernesto camina rápidamente hacia su oficina y en la privacidad de la misma toma su celular, para llamar a uno de sus contactos: Cynthia.  Marcando un número internacional, Ernesto le da unas rápidas indicaciones a una mujer que no sólo compartía con él una relación meramente pasional, sino también llena de ambición. –Cynthia, dentro de unos diez minutos llama al celular de mi papá y hazte pasar por la secretaria del gerente del casino del hotel “Royal Bogotá”.  Le vas a decir que lamentas mucho que lo hubieran alarmado por el pago de la deuda de su hijo Ernesto, pero que no es necesario que él se sienta comprometido de ninguna manera, que ya han tenido respuesta de mi parte y que el asunto está bajo total control del casino.......


    Perdiendo la paciencia Ernesto da a conocer la furia que también podía tener, dejando a un lado su ironía y burla en su hablar: ¡YO NO TENGO TIEMPO PARA REPETIR NADA, CYNTHIA, ASÍ QUE MEJOR QUE HAYAS AGARRADO LA IDEA Y HAGAS EXACTAMENTE LO QUE TE PEDÍ!  Ernesto se calma para pasar a decir una de sus ideas metódicas y altamente analíticas, mostrando la otra faceta de su personalidad, capaz de ir de la ira a la calculadora frialdad.  –Cynthia, tienes que entender que esto no es un asunto de repetir como un papagayo, sino de entender cómo funcionan las cosas.  Todo es dar un buen golpe de suerte.  ¿Cómo crees que un tallador de esmeraldas saca el brillo de una piedra? En términos muy sencillos para que puedas entenderme, todo se trata de tomar una acción rápida, pensar en un segundo y que la suerte esté de tu lado.  Es como escoger un número en la ruleta de un casino.....Cynthia ante las palabras de Ernesto, añade:  Ah, ya, como cuando te vas a jugar al casino....Pero, bueno, Ernesto, tú no siempre ganas en la ruleta, por algo estás endeudado hasta la zapatilla...


    .La ironía de Ernesto tuvo su respuesta para la torpe Cynthia:  -Sabes, Cinthya, lo malo contigo es que lo que tienes de tentadora, lo tienes de bruta......Cynthia reclama:  ¡Ey, qué te pasa, Ernesto, cómo me dices eso! Ernesto enfático termina la conversación, no sin antes envolver a su cómplice:  Cynthia, lo que dije es por tu bien, yo te conozco, pero no te puedes quejar de mí, entre tu hermana y tú te escogí a ti porque eres mucho más bonita y con más agallas.  Ahora haz lo que te digo.  Cynthia antes de cerrar la llamada, dice: -Está bien.  Ernesto concluye la conversación, esperando que la suerte lo acompañara como acompaña a una esmeralda deseosa de quedar brillante por la talla.



Continúa en la siguiente #HistoriasCortasTCE No.16-Parte 2…..

Melissa G.

jueves, 8 de enero de 2015

#HistoriasCortasTCE No. 15-Parte 2: “Los Tesoros de Doña Matilde”.


#HistoriasCortasTCE No. 15-Parte 2: “Los Tesoros de Doña Matilde”.


Zona esmeraldífera. 30 años atrás.


   Los ojos celestes de Fabriciano, parpadearon tan rápido como lo haría una mariposa, ante la posibilidad de ser descubierto por su suegro Don Nicanor dentro de la habitación dedicada a la memoria de su esposa Matilde.  La mariposa esmeralda, aquella joya que Fabriciano pretendía sacar del recinto, descansaba dentro de su cofre y sería testigo de lo que pudiera ser la perdición o la salvación del joven hombre transformado de minero a persona de poder.  Todo dependía de quién entrara a esa recámara llena de lujos y recuerdos.
    La puerta se abrió y dio paso a la ama de llaves, a Doña Pedra.  Ella al ver a Fabriciano dice: -Don Fabriciano, buenos días, qué sorpresa verlo por aquí en este cuarto.....Fabriciano responde a la par que se dirige a la puerta para salir rápidamente de ahí: -Por qué te parece raro que esté aquí, si esta hacienda es de mi mujer Nidia. Doña Pedra agrega unas sabias palabras cuando ya Fabriciano había abandonado la habitación.  A la puerta del lugar la mujer dice:  -Es verdad, Don Fabriciano, pero como aquí no se puede entrar, por una cuestión de respeto, sin el permiso de Don Nicanor, me atreví a decirle eso; pero menos mal que Don Nicanor no ha llegado.......eso sí, el que está en todas partes es El Señor, dicen que sus “ojos rondan la tierra”.  Fabriciano a modo de chiste dice:  Pues, qué ojotes debe tener Dios, ¿y de qué color serán? Pedra con una sonrisa, responde:  No lo sé, a lo mejor tiene en sus ojos todos los colores del mundo, o a lo mejor escogió el color más hermoso que esta mujer ha visto en su vida: El verde.  Fabriciano termina diciendo:  -Verde, como el color de los ojos de mi hijo César......Tras esas palabras, Fabriciano pensaba abandonar del todo el corredor, pero los pasos de Don Nicanor anunciaron su arribo.  Hubo un intercambio de duras miradas entre él y Fabriciano, ninguno de los dos dijo nada; sólo la llegada de un pequeño niño de cabellos rubios y ojos verdes calmó todo. La inocente criatura se dirigió primero a su padre, quien lo levantó mientras lo abrazaba y decía: -¡Mi hijo, carajo, qué grande se está poniendo! Nicanor observó el momento, para luego pedirle a su nieto que viniera hacia él. –César, ven para acá a saludar a tu abuelo.  El pequeño César obedece y Nicanor lo estrecha entre sus brazos, para luego agacharse a su altura, de manera de poder observarlo y decir a toda voz, lleno de orgullo: ¡Eres mi viva estampa, César, cuando seas grande serás igual a mí!

   Doña Pedra había sido testigo del incómodo momento, de la torpe rivalidad entre dos adultos que pensaban ganarla usando a un pequeño, como quien se debate por una esmeralda, pensando que tenerla era todo, olvidando su cuidado. La prudente ama de llaves acaba con el momento diciendo: -Don Nicanor, estaba por entrar al cuarto de Doña Matilde, para su visita diaria......Nicanor dice: -Sí, acompáñame Pedra, me llevo a mi nieto conmigo....Fabriciano antes que se cerrara la puerta del cuarto, le dice a su hijo César: -¡M’hijo, luego jugamos en el jardín! El pequeño César responde: -Sí, papá...Fabriciano abandona el corredor y se dirige hacia otra parte de la región esmeraldífera.

   De vuelta a la cantina, Fabriciano le daba unas órdenes a Honesto Vargas: -Honesto, olvídate de lo de las joyas de la muerta Matilde, va a ser muy complicado, Nicanor se daría cuenta y yo no quiero oír los gritos de ese loco.  Vamos a seguir el negocio de contrabando, pero a mi manera. Mi compadre Juan me va a conseguir esmeraldas de La Própsera para que tú las vendas y me des la mayor parte de las ganancias.  Eso sí, esto lo vamos a hacer por un tiempo, porque algún día, yo voy a mandar en todo lo que hay.  Honesto Vargas con su perspicacia acostumbrada, responde:  -Está bien, Fabriciano, haremos las cosas a tu modo, tú eres el jefe; además, siempre hay formas para lograr lo que uno quiere y en la hacienda de tu suegro, hay más de una tentadora esmeralda para que te adueñes de ella.  ¡A tu salud, mi buen amigo! Fabriciano y Honesto brindan con un vaso de aguardiente, uno de los tantos momentos que en adelante, compartirían como socios de andanzas peligrosas.

    El tiempo pasó y treinta años después, Fabriciano ya no es un muchacho ambicioso, es un hombre adulto de edad madura.  Camina por los pasillos de la empresa Gemas Generación Rosales, S.A y es saludado con respeto por todos los empleados.  En su camino se cruzó con su hijo César, un hombre de cuarenta años, de ojos verdes y de físico semejante a Don Nicanor.  Pero la vida de Fabriciano seguía siendo el túnel de una mina con muchos peligros; su hijo Ernesto era uno de ellos.....


Continúa en la siguiente #HistoriasCortasTCE No. 16-Parte 1…..


Melissa G.

viernes, 2 de enero de 2015

#HistoriasCortasTCE No. 15-Parte 1: “Los Tesoros de Doña Matilde”.


#HistoriasCortasTCE No. 15-Parte 1: “Los Tesoros de Doña Matilde”.

    Viene de #HistoriasCortasTCE No.14: “Mariposas en las Esmeraldas”.

Zona esmeraldífera. 30 años atrás.

    Fabriciano en el interior del cuarto de la difunta Doña Matilde de De la Vega, se sentía más extraviado que en sus tiempos de minero dentro de un túnel desconocido de la mina de esmeraldas La Próspera.  Él había entrado a la habitación de la que fue esposa de su ahora suegro Don Nicanor De la Vega en busca de un broche en forma de mariposa confeccionado con exquisitas esmeraldas de la región. El asunto había parecido sencillo tal como se lo había planteado Honesto Vargas en la cantina del pueblo, sólo era cuestión de robar la joya, dársela a Honesto y recibir a cambio dinero, más dinero del que hasta ahora había conseguido como esposo de Nidia De la Vega; sin embargo, dentro de esa habitación, Fabriciano empezaba a cuestionarse cada vez más si debía o no ceder a la tentación de una colección de joyas que ciertamente, jamás pensó tener. 

     Los ojos celestes de Fabriciano comenzaron a observar la lujosa habitación.  Dando temerosos pasos, el joven ex minero se coloca en el centro del lugar y por varios segundos, comienza a apreciar la belleza del recinto.  El mismo había sido la habitación matrimonial de los esposos De la Vega y tras la muerte de Doña Matilde, su esposo Don Nicanor decidió conservar el lugar a modo de un santuario, con la misma belleza y finas pertinencias que siempre caracterizaron a la habitación.  Todo dentro del cuarto era delicado, con finos muebles clásicos, adornos preciosos de diferentes partes del mundo, elementos de arte seleccionados acertadamente, flores frescas y en especial, varios cofres de joyería que albergaban una cantidad considerable de piezas con esmeraldas.



     Fabriciano se dirige hacia una cómoda de imponente espejo y observa que sobre la misma, además de un juego de platería para tocador, habían dos cofres de joyería de igual material.  Las manos temblorosas del ahora importante hombre de la región abrieron el cofre y descubrieron un ala de mariposa color esmeralda sobresaliendo entre otras piezas.  Fabriciano saca el ala y descubre que se trataba de una mariposa completa que a base de varias esmeraldas de corte algo irregular, algún diestro tallador de piedras preciosas había logrado el pedido que le habrá hecho Don Nicanor para su esposa: Una mariposa esmeralda colocada en un broche para su uso. 
    El hallazgo del broche que le había indicado Honesto Vargas había sido muy rápido, cualquier minero desearía que encontrar esmeraldas fuera así de fácil y cómodo, pero en su experiencia Fabriciano sabía que una esmeralda siempre traía peligros consigo, bien sea a la entrada o a la salida de un yacimiento.  La retirada de la habitación era entonces lo que le preocupaba al joven ex minero.  Con el broche de la mariposa esmeralda en sus manos, Fabriciano se dice así mismo: -Encontrar la joya fue fácil, pero salir de aquí es otra vaina......Nicanor De la Vega sabe lo que está haciendo al dejar todas estas joyas así, dentro de un simple cofrecito.  Él sabe que entrar aquí es casi imposible, pero si alguien lo logra, se puede confiar y pensar que ya todo es fácil, ¡pero yo anduve por una mina por muchos años, desde niño y sé que hasta salir de ahí, se puede cantar victoria! Nicanor ha hecho que sea fácil para un ladrón sacar una joya de aquí, si es que logra entrar, pero dejar este cuarto con esmeralda en mano, le puede valer a uno hasta la muerte, como cuando te cansas dentro de un túnel y no tienes fuerzas para salir de ahí. 
    La idea de Fabriciano no estaba lejos de la realidad.  Dentro de la habitación, pudo escuchar la fuerte voz de su suegro Don Nicanor, llamando a la ama de llaves de la hacienda: Doña Pedra.  Don Nicanor gritaba: ¡PEDRA, PEDRA, DÓNDE ESTÁ LA LLAVE DEL CUARTO DE MATILDE, PEDRAAA!   El pedido a voces de Nicanor le había dado a Fabriciano la señal de salida.  Volviendo a colocar la mariposa esmeralda de vuelta a su cofre, comete un error y abre la cajita de plata equivocada.  Dentro del otro cofre que se encontraba sobre el lujoso tocador, Fabriciano encuentra una impresionante gargantilla con perlas y una imponente esmeralda, de gran tamaño, perfecto corte y profundo color verde, limpia a la vista, toda una tentación para quien pudiera tenerla entre sus manos.  

    Fabriciano toma  esa esmeralda y sus ojos brillaron de ambición. –Esta esmeralda debe ser de unos cien quilates.  El pensamiento de Fabriciano volvió a ser interrumpido nuevamente por la voz de Nicanor, dando órdenes a Doña Pedra: -¡PEDRA, QUE ABRAN EL CUARTO DE MATILDE, VOY PARA ALLÁ! Fabriciano decide rápidamente guardar la costosísima gargantilla y el broche de mariposa en sus respectivos cofres, no sin antes verse al espejo y decir: -Desgraciado Nicanor De la Vega, todo esto es lo que tienes y piensas que alguien como yo no te llega ni a los pies, pero te voy a demostrar hasta dónde puede llegar Fabriciano Rosales.....La cerradura del cuarto de Doña Matilde comenzó a moverse y Fabriciano pasó de su posición de ambicioso a temeroso. 



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Melissa G.