El inicio de la Historia: Búsqueda.

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Una foto y un escándalo que evitar; lo demás no es tan simple a la vista.

lunes, 13 de octubre de 2014

#HistoriasCortasTCE No. 3: "El anillo de esmeraldas de Fabriciano".


    La 3º historia corta trata del ex minero Fabriciano Rosales, el padre del protagonista de la historia: César, de quien puedes conocer más en la #HistoriasCortasTCENo. 2.

#HistoriasCortasTCE No. 3: "El anillo de esmeraldas de Fabriciano".


   

   El nombre de Fabriciano dominó y se ganó un espacio especial en esta historia. Las personas que han leído la novela lo perciben de la misma manera. Es quizás demasiado osado adelantarse a predecir qué pensarán los demás sobre un personaje, sin todavía haber tenido la historia entre sus manos, pero tal vez lo que sucedió fue que desde un principio Fabriciano tuvo esas pequeñas piedras de color verde que valen tanto, esas esmeraldas, a su alcance. Él era un niño minero en la zona de esmeraldas colombianas, él caminaba por los ríos tratando de encontrar entre la tierra negra que arrastraba la corriente alguna esmeralda que se hubiera escabullido de las manos de mineros de más edad o de mujeres que también se aventuraban a encontrar una piedra que les cambiara la vida. Siempre tuvo que sobrevivir, Fabriciano siempre tuvo que encontrar una salida, fuera como fuera y aprendió la ley que gobierna en las minas: Que no existe ley alguna. Dentro de una mina, se sale hasta por encima de la vida de otros. Que un niño aprenda esa lección, hace de él el hombre que llegó a ser Fabriciano Rosales.


    Hoy día Fabriciano es el presidente de la empresa de esmeraldas más importante de su país. Administra la explotación de un productivo yacimiento, al igual que se dedica a la exportación y comercialización en general. Es un hombre de poder. Como es de esperarse, el cambio de vida se debió a algo más que haber encontrado una esmeralda de extraordinario valor. Me hubiera gustado decirles que Fabriciano pudo haber vendido esa hipotética esmeralda, con la cual se preparó, tuvo una carrera y con mucho esfuerzo, se convirtió en un empresario local. No fue así, recuerden que les dije que él aprendió la ley de que “no hay ley”. El ascenso de Fabriciano al poder fue a través de la ruta expedita que la tentación humana encuentra cuando da rienda suelta a sus instintos. El viaje es rápido, embriagante, fascinante, de resultados extraordinarios, pero con finales inciertos. Ése es el momento en que vive Fabriciano, el momento en que usted lo conocerá. Irónicamente, él se cree fuera de la mina, pero está dentro, él está de vuelta a un oscuro túnel y no se sabe si sobrevivirá, por lo menos así se irá sintiendo a medida que su propia terquedad no le permita ver lo que ya es evidente: Se equivocó demasiado.


    Conocer la historia de Fabriciano no es fácil, te deja pensando muchas cosas. Una de las ideas que pensé, fue otra ironía en la vida de este personaje. Se me olvidó detallar que por ejemplo, Fabriciano lleva un anillo de esmeraldas en su mano: Llamativo, imponente, que subraye su poder en el negocio. El detalle es perfecto, me imagino a Fabriciano diciendo sus frases, con ese anillo de esmeraldas en su mano, lo visualizo en su imponente oficina con ese anillo o recordando su turbio pasado, llevando su mano a su rostro en un momento de consternación, con esa esmeralda enmarcando su dedo. Voy a añadir ese toque a la descripción de Fabriciano en la novela, pero lo sorprendente es que no hizo falta ese anillo, para que en toda la trama, la esencia de este personaje se hiciera sentir. Sus gestos, sus palabras, sus frases, su pasado, todo, te hace entender su dilema, el de muchos al fin de cuentas: Qué hemos hecho, qué tan lejos hemos llegado, cómo nos hemos dejado envolver, por qué nos convertimos en nuestro peor enemigo. Quizás al igual que Fabriciano, no hemos llevado un anillo de esmeraldas que demarque que hemos hecho lo que se nos ha dado la gana, a lo mejor hemos sido anónimamente, sin que nadie se haya dado cuenta, el mandamás de nuestras propias vidas.

      ¿Quién lleva un anillo de esmeraldas dentro del oscuro túnel de su existencia? En pocas palabras: ¿Quién piensa tener el control de su vida, cuando no sabe ni a dónde va? Imagínense a un tipo como Fabriciano con lo poco que les he contado de él que ya dice mucho sobre su persona, con su anillo de esmeraldas, de regreso a las profundidades de una mina, entre oscuridad, calor, poco oxígeno más el cansancio por una vida desenfrenada y el impacto de haber descendido de la silla de poder ejecutivo a los riesgos y pesares de los estratos más bajos. De qué le va a servir ese anillo de esmeraldas en su vida, de qué le va a servir en esa mina, ¡si lo que él quiere es salir de ahí! El final es incierto, con muchas probabilidades de ni siquiera salir de ahí con vida, pero puede ser que Fabriciano en medio de su desesperación, se detenga por el oscuro camino del túnel y el destello de la esmeradla en su mano, le regale un segundo de esperanza. Puede ser que él se quite ese anillo y se lo lleve a su boca, tal cual lo hacía en sus tiempos de juventud minera, y se ponga la meta, para que no lo tiente la desesperación, de salir de ese túnel como sea, llevando la esmeralda dentro de sí, entre sus dientes, para que nadie se la quiete o la deje caer. Puede ser que Fabriciano se diga: Es ahora o nunca, salgo de ese túnel como sea, caramba, y a mí esa esmeralda nadie me la quita, como nadie me va a quitar mi vida. Para situaciones extremas, reacciones extremas y la lucha por la esperanza demanda en los peores momentos, detenerse para agarrar fuerzas y proponerse salir adelante. Pero para hacer eso hay que quitarse antes la soberbia: Ése anillo de esmeraldas que nadie ve, pero que gobierna erróneamente la vida de tantos, como Fabriciano.

Melissa G. 

Continúa con la próxima #HistoriasCortasTCE No.4……


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