El inicio de la Historia: Búsqueda.

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Una foto y un escándalo que evitar; lo demás no es tan simple a la vista.

miércoles, 8 de octubre de 2014

#HistoriasCortasTCE: No. 2: La foto casi perfecta de César y Mercedes.

  


 Ésta es la 2º historia corta que introduce el mundo de “Tentación, Color Esmeralda”. Se sigue trazando un camino, el cual comienza a relatarse en la 1º historia, que cuenta sobre Laura.  Ésta, nos presenta a César y Mercedes……  

#HistoriasCortasTCE: No. 2: La foto casi perfecta de César y Mercedes.

    No se han bajado todavía del auto y ya se escuchan los gritos de los periodistas: ¡Ahí viene Mercedes y su prometido! Un ejército de paparazzi corren hacia ellos. César rápidamente se baja del lujoso coche y con un gesto de caballerosidad le extiende su mano a Mercedes para que ella salga a hacer su aparición triunfal. Las luces de las cámaras de televisión y de fotografía de los demás medios de prensa invaden la retina de los ojos de la pareja. Ella disfruta cada momento de la atención ofrecida y él no parece tan cómodo, más bien acostumbrado a la rutina obligatoria de la fama. Eso sí, el momento de la foto perfecta no demora en aparecer. Mercedes sin dejar de sonreír le dice “entre dientes” a César: No te olvides de poner cara de felicidad.....¡Y César lo hace a la perfección! Al día siguiente la foto de portada en la revista de mayor circulación con ellos dos es inigualable: Una pareja enamorada, sonriente, famosa, sin escándalos y de apariencia inofensiva, más bien amigables, con rostros de dichosos y por qué no lo serían si son bellos y famosos. Lo que no salió publicado fue lo que pasó antes, lo que ninguno de los dos, César y mucho menos Mercedes, desearían que se supiera. No salió publicada la verdad.


    Horas antes de llegar al evento, César quiso hablar con Mercedes en el apartamento que compartían. Sentía que su vida se ahogaba, se sentía como asfixiado, así como le había escuchado decir a su padre: El ex minero Fabriciano Rosales, que se sentía un hombre atrapado en las profundidades de las entrañas de una montaña en la zona esmeraldífera colombiana. César estaba en una etapa de su vida decisiva, era ahora o nunca, no era demasiado tarde, pero estaba a punto de serlo. Su relación con Mercedes era un infierno y él no quería que fuese así, no creyó que lo sería cuando tomó la decisión de compartir su vida junto a ella. ¿Qué fue lo que pasó entonces? César no se había dado cuenta, pero se había dejado tentar por ideas muy aparentemente buenas, pero sutilmente malas.


    Un día, César optó por considerar a Mercedes la mujer con la que compartiría el resto de su vida. Sus mayores atributos eran la evidente belleza que ella tenía y por qué no: Su posición económica. Él no necesitaba dinero, él tenía una carrera, un apellido importante, por lo menos el materno y una empresa presidida por su padre que él heredaría. Así que la mujer que tenía que estar a su lado tenía que tener ciertas cualidades: Educación, capacidad de relacionarse con los demás, roce social, cultura, venir de buena familia. Así era Mercedes y por venir de gente de dinero tenía todas esas cualidades, entonces por qué estaba todo mal. Qué ironía tan grande para César. La esencia de su trabajo no era otra que comercializar esmeraldas, distinguir entre una piedra falsa o verdadera y conocer hasta el último recoveco de la mina que administraba. Pero en su vida personal, César no podía encontrar la salida, no podía encontrar una solución, no sabía qué camino tomar, no sabía ni quién era la mujer que estaba a su lado. César trató de hablar con Mercedes antes de salir a ese evento. Ella no quiso oír ninguna de sus palabras, con tal de no escuchar lo que ella no estaba dispuesta a tolerar: Lo nuestro se acabó.


    Al regresar del evento, tras haber sonreído falsamente demasiadas veces, él abrió un frasco de pastillas para dormir, tomó una y cerró sus ojos verdes, cayendo de sueño. Mercedes hizo lo mismo. Al día siguiente, César salió muy temprano para la zona esmeraldífera, un viaje de varias horas por carretera. A medida que manejaba y se alejaba de su asfixiante realidad, se dio cuenta que había caído en una terrible tentación: La cobardía. Él no era así, todavía recuerda cuando se veía a sí mismo como un tipo correcto y que decía lo que sentía. Irónicamente, la llanta de su camioneta atraviesa una hoja de periódico abandonada en el camino, donde aparecía una foto de él con Mercedes. Él no se dio cuenta que lo hizo, como no se había dado cuenta que tenía un camino por delante, pero para hacerlo, tenía que dejar atrás lo que no había funcionado en su vida. Sólo así César podría tener de ahora en adelante la foto que todavía ningún paparazzi había captado de él: Una foto de su verdadera felicidad.


    En nuestras propias vidas, esa foto perfecta nos está esperando para ser tomada y nadie puede posar en ese momento de plenitud, más que nosotros mismos. No nos podemos perder ese instante.

Melissa G.

Continúa con la próxima #HistoriasCortasTCE No.3……

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