El inicio de la Historia: Búsqueda.

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Una foto y un escándalo que evitar; lo demás no es tan simple a la vista.

jueves, 5 de febrero de 2015

#HistoriasCortasTCE No. 17: “EL Amigo del Zar de las Esmeraldas-Parte 2”.


#HistoriasCortasTCE No. 17: “EL Amigo del Zar de las Esmeraldas-Parte 2”.


   Los ojos verdes de César durante los segundos que guardó silencio por la pregunta que hizo Arístides contaron la verdad sobre su relación con la hermosa y distinguida ex reina de belleza Mercedes De las Casas. El súbito asombro en su iris de tonalidad verdosa ante una interrogante que debía ser contestada con una relajada y animada afirmación, guardaban las múltiples veces que César discutió, se frustró, se desanimó y hasta se desesperó por la actitud de su afamada prometida. Mercedes era una mujer que no estaba
acostumbrada a dialogar, pero sí a utilizar sagacidad en sus respuestas, especializándose en reclamar y hasta desprestigiar a su novio y ahora prometido.
Ella fue conocida en sus tiempos de reinado por su capacidad de dar respuestas rápidas, acompañadas de su mirada de encantadores ojos verde azulados.
      

    Demasiadas veces ya, los ojos verdes de César se encontraron con una dura y fría mirada verde azulada de Mercedes, mientras ésta le gritaba, la hacía reclamos, escenas de celos y lo que a ella más le gustaba hacer: Amenazarlo recordando la amistosa relación de su familia: Los poderos De las Casas Iturre, con la familia de él: los peculiares Rosales De la Vega.


     En el restaurante bar de la localidad, tras un parpadeo, César ante la pregunta de su amigo Arístides, responde vacilando:  -¡No, no, no es eso....sólo es que......tú sabes, Arístides, uno no siempre se siente como uno lo planeaba y eso frustra! Arístides añade:  -Ah, entonces no te sientes bien a lado de Mercedes.....César espontáneo y en confianza, responde: -Arístides, son muchos años, cinco años juntos y quizás hay un desgaste que queremos solucionar con la boda más pública con la que jamás hubiera soñado o querido; a mí me hubiera encantado una ceremonia íntima en la hacienda y punto, ¡pero lo que son Mercedes, mi mamá y los papás de ella han tomado esto como la oportunidad para apantallar! Mi idea de mi vida futura, es compartir con la mujer que amo, la hacienda La Casona.

    Me veo ahí con mi esposa, compartiendo tranquilos los fines de semana, las montañas de la zona esmeraldífera en el fondo y sólo ella y yo, mi esposa y yo, por los jardines donde mi abuelo Nicanor, me hizo ver que mi felicidad podía tener ese lugar como refugio.  ¡Pero qué es lo que he tenido, Arístides:  Un ejército de gente dándome indicaciones de todo tipo para el gran evento que todos los De las Casas y mi madre han diseñado sin considerar que yo sólo quiero estar tranquilo, sin que nadie me esté viendo o preguntando nada!
    Arístides señala un punto importante: -Bueno, no olvide en la lista a su viejo, a su papá; Don Fabriciano está también muy interesado en que esa boda se efectúe, le ha caído como anillo al dedo por sus intenciones políticas; quizás eso es lo que lo está presionando más hermano, si usted no se casa, a su papá no le va a gustar la idea....¿o me equivoco? César responde:  -Yo no me estoy casando con Mercedes por mi papá, sino porque quise unir mi vida con esa mujer y punto.  Mercedes me conoce, son muchos años juntos, entiende del negocio de las esmeraldas, es culta y fina, muy hermosa......-Pero nada de eso te está haciendo feliz, César, se atreve a decir Arístides.  César con esas palabras, se disculpa un poco con su amigo: -Arístides, perdóneme, a veces me escucho y parezco un chiquillo inmaduro ante ti, cuando has pasado por cosas tan difíciles, como perder a tu esposa....Perdona que lo mencione, pero es para darme cuenta que no tengo razones para sentirme tan insatisfecho; yo lo admiro a usted por superar tantas cosas, criar a dos hijas solo, ¡yo ni puedo conmigo mismo, imagínese lo mal que estoy!    
     Arístides le da una palmada a su amigo César en la espalda y dice: -Tranquilo, César, los amigos estamos para escuchar y entender; además, en medio de esto, sé que está su hermano Ernesto, aunque sea para irritarlo.  No digo que él tuvo algo que ver en este asunto del chisme en la revista, pero es obvio que no obtuvo esa información por casualidad.  Se lo digo en calidad de su abogado.

      Ernesto muy probablemente le sigue los pasos, para verlo resbalar, como siempre lo ha hecho. César con decisión, dice: -¡Pues se va a quedar esperando Ernesto, jamás le voy a dar ese gusto! Lo único que tiene contra mí es un chisme de revista, qué patético...Arístides en son de chiste, dice: -Bueno, sólo cuídese de no caer nuevamente en las garras de alguna publicación de ese tipo, con la suficiente perspicacia para ver más allá de las apariencias.....se lo digo por su bien, César.  
    César confiado y hasta un poco altivo, responde: -No te preocupes, Arístides, yo sé cuidar mis pasos muy bien, ningún otro amarillista va a tener pie para publicar una patraña más....Arístides se atreve a decir: -O quizás una verdad escondida.....César guardó silencio, para luego cambiar la conversación ante la llegada de alguien al restaurante.  Intrigado, dice: ¿Qué hace Gutiérrez aquí? 

Continuará en la próxima #HistoriasCortasTCE No.18-Parte 1…..

Melissa G. 


#HistoriasCortasTCE que puedes leer también:

#HistoriasCortasTCE: No. 2: “La foto casi perfecta de César y Mercedes”.


#HistoriasCortasTCE No. 3: "El anillo de esmeraldas de Fabriciano".

#HistoriasCortasTCE No. 6: “De a Tres en el Cincuenta y Dos”.

#HistoriasCortasTCE No. 7: “¡Ámame, Laura!”

#HistoriasCortasTCE No. 8: “Ver unos ojos verdes”.

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