#HistoriasCortasTCE No. 17: “EL Amigo del Zar de las Esmeraldas-Parte 2”.
Los ojos verdes de César durante
los segundos que guardó silencio por la pregunta que hizo Arístides contaron la
verdad sobre su relación con la hermosa y distinguida ex reina de belleza
Mercedes De las Casas. El súbito asombro en su iris de tonalidad verdosa ante
una interrogante que debía ser contestada con una relajada y animada
afirmación, guardaban las múltiples veces que César discutió, se frustró, se
desanimó y hasta se desesperó por la actitud de su afamada prometida. Mercedes era una mujer
que no estaba
Ella fue conocida en sus tiempos de reinado por su capacidad de dar respuestas rápidas, acompañadas de su mirada de encantadores ojos verde azulados.
Demasiadas veces ya, los ojos
verdes de César se encontraron con una dura y fría mirada verde azulada de
Mercedes, mientras ésta le gritaba, la hacía reclamos, escenas de celos y lo
que a ella más le gustaba hacer: Amenazarlo recordando la amistosa relación de
su familia: Los poderos De las Casas Iturre, con la familia de él: los peculiares
Rosales De la Vega.
En el restaurante bar de la localidad, tras un
parpadeo, César ante la pregunta de su amigo Arístides, responde
vacilando: -¡No, no, no es
eso....sólo es que......tú sabes, Arístides, uno no siempre se siente como uno
lo planeaba y eso frustra! Arístides añade:
-Ah, entonces no te sientes bien a lado de Mercedes.....César
espontáneo y en confianza, responde: -Arístides, son muchos años, cinco años
juntos y quizás hay un desgaste que queremos solucionar con la boda más pública
con la que jamás hubiera soñado o querido; a mí me hubiera encantado una
ceremonia íntima en la hacienda y
punto, ¡pero lo que son Mercedes, mi mamá y los papás de ella han tomado esto
como la oportunidad para apantallar! Mi
idea de mi vida futura, es compartir con la mujer que amo, la hacienda La
Casona.
Me veo ahí con mi esposa,
compartiendo tranquilos los fines de semana, las montañas de la zona
esmeraldífera en el fondo y sólo ella y yo, mi esposa y yo, por los jardines
donde mi abuelo Nicanor, me hizo ver que mi felicidad podía tener ese lugar
como refugio. ¡Pero qué es lo que he
tenido, Arístides: Un ejército de gente
dándome indicaciones de todo tipo para el gran evento que todos los De las
Casas y mi madre han diseñado sin considerar que yo sólo quiero estar
tranquilo, sin que nadie me esté viendo o preguntando nada!
Arístides señala un punto
importante: -Bueno, no olvide en la lista a su viejo, a su papá; Don
Fabriciano está también muy interesado en que esa boda se efectúe, le ha caído
como anillo al dedo por sus
intenciones políticas; quizás eso es lo que lo está presionando más hermano, si
usted no se casa, a su papá no le va a gustar la idea....¿o me equivoco?
César responde: -Yo no me estoy
casando con Mercedes por mi papá, sino porque quise unir mi vida con esa mujer
y punto. Mercedes me conoce, son muchos
años juntos, entiende del negocio de las esmeraldas, es culta y fina, muy
hermosa......-Pero nada de eso te está haciendo feliz, César, se
atreve a decir Arístides. César con esas
palabras, se disculpa un poco con su amigo: -Arístides, perdóneme, a veces
me escucho y parezco un chiquillo inmaduro ante ti, cuando has pasado por cosas
tan difíciles, como perder a tu esposa....Perdona que lo mencione, pero es para
darme cuenta que no tengo razones para sentirme tan insatisfecho; yo lo admiro
a usted por superar tantas cosas, criar a dos hijas solo, ¡yo ni puedo conmigo
mismo, imagínese lo mal que estoy!
Arístides le da una palmada a su amigo
César en la espalda y dice: -Tranquilo, César, los amigos estamos para
escuchar y entender; además, en medio de esto, sé que está su hermano Ernesto,
aunque sea para irritarlo. No digo que
él tuvo algo que ver en este asunto del chisme en la revista, pero es obvio que
no obtuvo esa información por casualidad.
Se lo digo en calidad de su abogado.
Ernesto muy probablemente le sigue los pasos, para verlo resbalar, como
siempre lo ha hecho. César con decisión, dice: -¡Pues
se va a quedar esperando Ernesto, jamás le voy a dar ese gusto! Lo único que
tiene contra mí es un chisme de revista, qué patético...Arístides en son de
chiste, dice: -Bueno, sólo cuídese de no caer nuevamente en las garras de
alguna publicación de ese tipo, con la suficiente perspicacia para ver más allá
de las apariencias.....se lo digo por su bien, César.
César confiado y hasta un poco altivo,
responde: -No te preocupes, Arístides, yo sé cuidar mis pasos muy bien,
ningún otro amarillista va a tener pie para publicar una patraña más....Arístides
se atreve a decir: -O quizás una verdad escondida.....César guardó
silencio, para luego cambiar la conversación ante la llegada de alguien al restaurante. Intrigado, dice: ¿Qué hace Gutiérrez
aquí?
Continuará en la próxima #HistoriasCortasTCE No.18-Parte 1…..
Melissa G.
#HistoriasCortasTCE que puedes leer también:
#HistoriasCortasTCE: No. 2: “La foto casi perfecta de César y Mercedes”.
#HistoriasCortasTCE
No. 3: "El anillo de esmeraldas de Fabriciano".
#HistoriasCortasTCE
No. 6: “De a Tres en el Cincuenta y Dos”.
#HistoriasCortasTCE No. 7: “¡Ámame, Laura!”
#HistoriasCortasTCE No. 8: “Ver unos ojos verdes”.
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