#HistoriasCortasTCE No. 39: “Nuevo Escenario-Parte 4”.

#HistoriasCortasTCE No. 39: “Nuevo Escenario-Parte 4”.

Viene de: #HistoriasCortasTCE No. 39: “Nuevo Escenario-Parte 3”.

     Mansión de los Rosales De la Vega. Prestigiosa zona de la Localidad-Nuevo día en la Ciudad. 

    En esos momentos hacían acto de presencia Carmelo y su esposa norteamericana: Dorothy…..

-Carmelo: …Pasé por aquí para hablar con Fabriciano. Llamé a la oficina y me dijeron que no había llegado.  Me supongo que se encuentra en casa.

-Doña Nidia: Sí, pero no creo que puedas hablar con él, está dormido ya que insiste en vivir como un adolescente; pero con el gran defecto que a la mañana siguiente su cuerpo no tiene las mismas energías que la noche anterior.

     Fabriciano iba bajando las escaleras, donde alcanzó a oír los comentarios de su esposa.

-Fabriciano: ¡Yo hago lo que se me da la gana, porque para eso me partí el lomo por más de cuarenta años trabajando de sol a sol, así que al que no le guste mi horario que se mude de país con todo y su casa!

    Doña María del Pilar sólo veía el espectáculo con ojos de desprecio. Carmelo al ver a su hermano, le dice: 

-Carmelo: Fabrican, ¿puedo hablar contigo?

-Fabriciano: ¡Pasemos al estudio, Carmelo, aquí hay demasiada interferencia con tanta vaina que pone esta mujer en cada esquina!

     Carmelo antes de retirarse, le indica a su esposa. 

-Carmelo: Mi vida, quédate aquí con las bellas damas, yo no demoro. Please, wait for me. (Por favor, espérame).

     Dorothy tomó asiento sin decir palabra o hacer algún gesto.  El momento era frío, Dalia salió al rescate.

-Dalia: ¿Dorothy, qué tal Boston?

   Doña María del Pilar seguía con su cara de desprecio y hasta de burla ante semejante escena familiar.

***

  Estudio de la Mansión Rosales De la Vega.

   Fabriciano toma asiento en el estudio de su casa, y se dispone a escuchar a su hermano Carmelo.

-Fabriciano: Bueno, Carmelo, ¿para qué soy bueno?  Eso sí, antes de decirme cualquier cosa, déjame servirte un trago de aguardiente como en los viejos tiempos, cuando éramos más pelaos que ahora.

-Carmelo: Por mí no hay problema, te acepto el aguardiente.  Fabriciano, César obviamente es el heredero de la empresa, pero yo quisiera hacerte una proposición.

    Don Fabriciano tras servir los dos tragos, le dice a Carmelo. 

-Fabrciano: Déjame sentarme que ya me estás intrigando, qué tiene que ver que César sea el nuevo presidente, ¡contigo!; mucho más para que me vengas a hacer proposiciones.

-Carmelo: Fácil, yo deseo que Ernesto tenga un futuro más equitativo al de su hermano, él puede que no sea el mayor, pero como César, ha trabajado toda la vida en la mina y en la empresa.  Mis dos ofertas son las siguientes: Que Nidia divida su participación por igual entre ambos hermanos; es más, yo puedo comprarle la mitad de sus acciones y dárselas a Ernesto.  A ustedes les tocará plata extra con esa venta.

   La otra, es que en caso tal de no aceptar, cosa que supongo harás; me permitas llevarme a Ernesto a los Estados Unidos, donde una empresa de minería de carbón, busca a un nuevo gerente.  Tengo mis contactos allá y yo podría hacer que nombren a Ernesto, pese a que no sea gringo.  Tú sabes, los gringos buscan nombrar más latinos en puestos importantes, para apoyar a la comunidad de nacionalizados.  Eso se ve bien en tiempo de elecciones. Además, para eso tengo a mi suegro, el congresista.

    

Serio y hasta enojado, Fabriciano contesta:

-Fabriciano:  Tres vainas tengo que decirte: La primera, es que no te equivocas, lo que me propusiste al inicio, no lo acepto y si tienes algo de dignidad, no te atreverás a acercarte a Nidia, nuevamente, para fregarme la vida...

   La segunda: Tú con Ernesto, puedes hacer lo que se te venga en gana; eso sí, si a él le parece.  Yo no voy a interferir en eso.

   Y la tercera, es que debes ser muy imbécil, ¡para sentarte enfrente mío y decirme todas esas estupideces y no pensar que te voy a largar a patadas de aquí!

-Carmelo: ¡Pero, Fabriciano, no es para que te pongas así!

-Fabriciano: ¡Ah no, cómo te pondrías tú en mi lugar, sabiendo los motivos que tienes para interesarte tanto en uno de mis hijos! ¡LÁRGATE ANTES QUE SE ME OLVIDE QUE VENIMOS DE LA MISMA MUJER!

-Carmelo: Está bien, me voy.  Pero de todas formas ya estás informado.

-Fabriciano: ¡Para la próxima, te ahorras las informaciones, acuérdate que así empezó toda esta vaina!

Melissa G.

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