#HistoriasCortasTCE No. 37: “Las Palabras-Parte 2”.
Viene de: #HistoriasCortasTCE No. 37: “Las Palabras-Parte1”.
Miércoles 12, instalaciones de GEMAS
GENERACIÓN ROSALES, S.A. (G.G.R., S.A.)
Carmelo entra a la oficina de Ernesto, quien se encontraba algo
atareado. Su tío trataba de darle
conversación, lo que parecía importunar al hijo intermedio de los Rosales De la
Vega.
-Carmelo: ¿M’hijo, cómo
andamos hoy? ¿Bonito día, verdad?
-Ernesto: No sé, ni me
fijé hoy cuando me desperté cómo estaba el cielo.
-Carmelo: Y qué, todo
listo para el sábado, el día “D” de César.
-Ernesto: Supongo, tío, al
no ser que reviente otro escándalo como el de hace semanas...Pero si llegara a
pasar mi papá lo encubriría como lo hizo.
-Carmelo: Ya Fabriciano me
contó todo, por poco estalla la bomba; pero César se la jugó....Es que ya uno
no se puede divertir como antes, mucho menos ustedes que son pues, famosos
dentro de los círculos. Te cuento que
cuando tu papá y yo éramos pela’os, íbamos de pueblo en pueblo y nos
cambiábamos el nombre para que así las mujeres no tuvieran cómo contactarnos
después; figúrate que una vez conocí una muchacha y le dije que mi nombre era
Napoleón Cervantes, la pobre se tragó el cuento y....
Ernesto molesto por la insistencia de su tío de seguir conversando, le
pide toscamente que deje de contarle sus historias de juventud. Y es que si Ernesto siempre ha recibido el
rechazo de Fabriciano, también ha gozado de la atención marcadamente excesiva
de su tío Carmelo; hecho que sumado a ciertos rumores, lo hace sospechar lo
lógico. Además, el espejo no engaña, y
si César es rubio de ojos verdes porque su papá lleva sangre de un gringo; él
es de cabello y ojos negros tal como su tío, hijo de un nacional de la región
minera de nombre Custodio.
-Ernesto: Tío, ahórrate
tus fábulas y sal de mi oficina porque estoy demasiado ocupado para
remembranzas.
-Carmelo: Bueno, si te
estoy molestando, mejor me voy...Pero antes quisiera decirte que si no te
sientes a gusto trabajando aquí, ya sabes...por lo de la repartición de
acciones...Quizás una temporada en Boston podría servirte, ahí tengo unos
contactos con unos dueños de una planta de...
-Ernesto: ¿En Boston hay
minas de esmeraldas? ¿No, verdad?
Entonces no me sirve tu ofrecimiento.
-Carmelo: Sí, pero tú
también podrías trabajar en...
-Ernesto: ¡Carajo, que no
entiendes que ando de afán! ¡Hasta luego y no me quites más tiempo!
Carmelo se fue con una tristeza dibujada en su rostro, mientras que
Ernesto lanzó lo primero que tenía al frente para liberar su rabia.
Melissa G.
Continúa en la siguiente #HistoriasCortasTCE No.37-Parte3......
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