El inicio de la Historia: Búsqueda.

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Una foto y un escándalo que evitar; lo demás no es tan simple a la vista.

jueves, 12 de febrero de 2015

#HistoriasCortasTCE No. 18: “La Mano Derecha de Fabriciano-Parte 1”.



#HistoriasCortasTCE No. 18:  “La Mano Derecha de Fabriciano-Parte 1”.


Bogotá.  Instalaciones de un prestigioso restaurante de la localidad. Presente.

   Camilo Gutiérrez hace entrada en el restaurante-bar donde se encontraban César y Arístides.  Ellos dos lo ven pasar con un maletín en mano, en dirección a una mesa del lugar.  La mirada de los ojos verdes de César siguieron muy de cerca los movimientos de Gutiérrez, a lo que Arístides reacciona, diciendo: -¿César, qué crees tú que puede estar haciendo Camilo Gutiérrez con un maletín en este restaurante? César enfático dice: -No sé, por eso me sorprendió su presencia aquí, pero hay muy buenas posibilidades que se trate de un pedido de mi padre.  Claro que el movimiento éste todo sospechoso de la llegada de un tipo como Gutiérrez con un maletín que seguramente no es suyo, no me agrada para nada.  A veces me pregunto por qué mi papá confía tanto en ese hombre, míralo nada más, su sola cara te dice que estamos hablando de alguien sin escrúpulos, pero con un aire de hipocresía. 

    Arístides concuerda con su amigo y agrega:  Eso es cierto, como también es cierto que tu papá ha sabido invertir dinero en la imagen de su sospechosa mano derecha.  Gutiérrez se viste bien, muy elegante para encajar en ambientes como éste; él aparenta más ser una especie de secretario privado que lo que es: Un tipo de malos pasos que tu papá contrató como asistente.  César dice ante el comentario: -Ni me lo recuerdes, Arístides.  Lo peor de todo es que sé que Gutiérrez y Ernesto se han aliado en varias ocasiones, sólo para taparle a mi querido hermano sus fechorías.  Arístides dice: -Bueno, es que es la combinación perfecta. Ernesto es un bribón, Gutiérrez le cubre sus bribonadas, Ernesto se salva por un tiempo de las consecuencias de sus actos, Gutiérrez saca un “dinerito” extra.  El negocio perfecto.  César contesta:  -Pues, voy a tener que intervenir para ver cómo interrumpo esa asociación.....Tras esas palabras, César y Arístides continuaron observando a Gutiérrez con sumo cuidado, hacia la mesa en donde se encontraba.
   La descripción que habían dado el par de amigos sobre Camilo Gutiérrez no podía ser más precisa.  Él era un hombre de oscuro pasado, con expediente policiaco borrado gracias a las influencias del importante empresario de las esmeraldas nacionales Fabriciano Rosales; pese a eso, su imagen física y su vestimenta aportaban a las apariencias.  Por los elegantes pasillos de la empresa de la familia Rosales De la Vega, Camilo Gutiérrez no parecía desentonar; fácilmente se confundía entre el personal administrativo, especialmente cuando le tocaba seguirle los pasos a su jefe Fabriciano, cuando  éste daba una ronda por la compañía.  A través del viejo ex minero Rosales, Gutiérrez había entrado a un mundo sumamente tentador: Al mundo de aquellas atractivas piedras preciosas de color verde que le cambian la vida a cualquiera.  

    Todo cambió para Gutiérrez, pero de cierta forma, todo seguía siendo muy parecido.  Él era una mezcla entre finura y vida delictiva, su cabello castaño, tez clara y elegante vestido lo convertían en un hombre interesante demasiado cerca del poder de Fabriciano; quien un día fue un prototipo de lo que era su mano derecha: Un minero de ojos celestes, cabellos rubios, actitud desenfadada, que se casó con la hija del dueño de la concesión de la mina La Próspera.  Quizás la proximidad y el parecido entre Fabriciano y sus indispensable asistente, no le hacía ver peligro alguno; pero colocar a un hombre de tal calaña cerca del viejo ex minero era un asunto digno de preocupación.  Fabriciano podía recibir una acción en contra, igual a las que él hacía en su juventud desenfrenada. Es que el actuar de Gutiérrez era sigiloso, callado, pero siempre con una intención guardada.  Gutiérrez había aprendido que guardar silencio mientras Fabriciano hablaba, le había valido su descuidada confianza.  El pasado de su jefe era la esmeralda más valiosa que él había encontrado en medio de la familia Rosales De la Vega. Esa misma forma de proceder, Camilo Gutiérrez la aplicaba a su espera en la mesa del elegante restaurante. 

    Callado, casi inmóvil en la silla, con un vaso de agua como única bebida, Gutiérrez aguardaba la otra parte de su encomienda.  El maletín de sospechosa procedencia se mantenía en el piso, a un lado, casi debajo de la mesa, pero lo suficientemente a la mano para tomarlo en el momento debido. A la entrada del lugar, llegaba la persona que se escondía detrás de la encomienda que Don Fabriciano Rosales le confió a su mano derecha….



Continuará en la próxima #HistoriasCortasTCE No.18-Parte 2…..

Melissa G. 


#HistoriasCortasTCE que puedes leer también:

Extracto de la#NovelaTCE No. 1: “Gutiérrez en la Oscuridad”
#HistoriasCortasTCENo. 3: "El anillo de esmeraldas de Fabriciano".
#HistoriasCortasTCENo. 11: ¡A LA MINA LA PRÓSPERA!
#HistoriasCortasTCENo. 13. “Los Viejos Tiempos de la Guaquería”.
#HistoriasCortasTCENo. 16-Parte 1: “La Suerte de las Esmeraldas”.

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