#HistoriasCortasTCE No. 1:
La Humilde Casa de Laura.
Ésta es una introducción a la historia: "Tentación, Color Esmeralda", y la 1o de varias historias cortas para dar a conocer el mundo que encierra esta novela; te invitamos a ser parte de ella. #NovelaTCE, #HistoriasCortasTCE
¿En qué historia no hay una casa de una
familia humilde donde encerrada hay una mujer con nombre de heroína? Es quizás
el primer paso para construir una historia y puede ser que haya sido así
siempre, porque alguien no quiso dar a conocer de forma directa la trama que
todos encerramos dentro de nuestro ser: La lucha por nuestros sueños vs. una
lista interminable de obstáculos por rebasar. Es tan difícil imaginar hoy día
que alguien que viva en un área humilde de una agitada ciudad pueda convertirse
en una persona importante, pero lo mismo le pasa a una esmeralda encerrada en
las entrañas de la tierra. Es fascinante ese mundo, el de la minería por una
tentadora piedra de color verde. Son los más pobres, los de abajo, los que se
meten dentro de túneles oscuros y sofocantes para sacar con las fuerzas de sus
manos, a una esmeralda, a esa piedra preciosa que es muy valiosa, que saben que
vale mucho, cuánto exactamente no, pero saben que vale y lo dan todo por ella,
o por lo menos con sus propias manos, tratan de defenderla. Quizás fue eso lo
que le pasó al papá de Laura: A Don Edgardo. Él vino de abajo y con sus
humildes manos, sólo podía ofrecerle a su hija un techo en una zona de clase
baja en Bogotá.
Cuando entras a la humilde casa de Laura,
vas a hallar un viejo juego de sala, una mesita con un teléfono sobre ella, un
televisor, (uno de los objetos más valiosos, por cierto, que posee la
propiedad), un juego de comedor de cuatro puestos, una alfombrita que disimula
la polilla que insiste comerse la mesa y como salvadores de la escena, al
rescate del patético ambiente, unos detalles como algunos adornitos, fotos y un
cuadrito bonito que indican que alguien quiso rebelarse contra el destino,
haciendo un esfuerzo con pocos recursos para embellecer el lugar. Ésa fue Laura
con sus estudios y su preparación académica.
La cocina anuncia que hacer supermercado
es el logro mensual más importante de ese hogar. Si abres la refrigeradora que
se defiende a pesar de sus años, hay comida y para tres, con sueldo de uno y
medio, porque Laura trabaja y Don Edgardo también, pero él tiene muchas deudas
que no lo dejan gozar su sueldo entero. Ya que menciono que en esa humilde casa
viven tres personas, pasemos a las habitaciones. Son tres y gracias a Dios una
de ellas empezó a usarse hace sólo cinco años, porque en uno de esos cuartos
vive el ser más amargado, frustrado y patético que haya podido existir; eso
usted lo pensaría si le tocara vivir junto a Concepción Gómez: La hermana de
Don Edgardo y tía de Laura.
El cuarto de Concepción Gómez es como
ella: Frío y sombrío, sin más expectativas que el mobiliario básico, pero con
cosas ocultas en los detalles más inofensivos. Concepción se cree una santa, a
pesar de su pasado y su negro corazón y de forma tan irreverente, ha tomado la
figura de un santo de vestidura verde, para esconder dentro de ella la
tentación que siente a flor de piel por el dinero. Saliendo de ese cuarto,
puedes tomar para la habitación de Don Edgardo o la de Laura; posición estratégica
para que Concepción pueda vigilar los pasos de ambos. Don Edgardo no sale
mucho, sólo a su trabajo o a entretenerse con su compadre. Encerrado en su
cuarto, (también habilitado con los muebles básicos y ropa de cama bonita,
comprada y lavada por Laura cuando tiene tiempo como un gesto de cariño hacia
su papá); él esconde a su compañera: Su soledad. Ya habrán entendido a la
altura de estas líneas, que la única mujer de la casa es Laura: No hay señora
de Gómez.
Llegamos al cuarto de Laura. Es el
cuarto de la esmeralda encerrada en una oscura mina. Así mismo es esa
habitación. Tras atravesar por esos sombríos cuartos anteriormente descritos,
se abre la habitación de la luz de esa casa: Una joven periodista con un sueldo
de hambre a pesar de su gran talento. Con todo y esa situación, el cuarto de
Laura tiene algo especial que resalta en medio de la vieja infraestructura.
Imagínense que hasta piezas del piso están desprendiéndose; pero el ingenio de
Laura le saca provecho a esa particularidad. Sólo ella escondería debajo de una
de esas piezas, la llave a sus recuerdos o quizás sea la llave a su destino, o
a lo mejor todo este tiempo esa llave abre la explicación a muchas cosas
pasadas, presentes y futuras......Así es la vida de Laura: Entre una lucha por
brillar y una batalla por conquistar su destino. Y así es su cuarto: Entre
cosas viejas y detalles especiales. Así también es una mina de esmeraldas:
Entre caminos oscuros y sofocantes y el destello de una diminuta piedra de
color verde de gran esplendor e inigualable belleza. Lo más hermoso para mí de
esta comparación es que la vida de Laura, el camino por la mina de esmeraldas y
el eterno cuento de la heroína a princesa, no es otra cosa que un reflejo de la
vida de cualquiera que todavía no logra su dicha personal, pero que tiene la
posibilidad de ser feliz. Cuando el camino es incierto, la esperanza puede ser
tan diminuta como una esmeralda, pero tan valiosa como para hacerte salir de la
oscuridad. Así que la vida de Laura, puede ser a fin de cuentas, como tu propia
vida.
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