El inicio de la Historia: Búsqueda.

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Una foto y un escándalo que evitar; lo demás no es tan simple a la vista.

viernes, 6 de marzo de 2015

#HistoriasCortasTCE No. 19: “My Name is Carmelo Rosales-Parte 2”.


#HistoriasCortasTCE  No. 19:  “My Name is Carmelo Rosales-Parte 2”. 


Temporada de Invierno. Miami Beach, Florida.

   Carmelo no salía de su asombro y sus ojos delataban que había visto a una sirena que lo tentaba completamente a seguirla con su mirada.  No se trataba de un mítico personaje, sino de una dama en bikini que pasaba caminando en dirección hacia él.  Con molestia, la mujer recibió los piropos del tío de César: Carmelo, a los cuales él les había añadido su usual picardía y jocosidad, teniendo su bebida tropical en su mano .-Hola, bella sirena, aquí está tu marinero……bueno, la verdad es que fui minero, no marinero, pero de todas formas me encanta cuando el mar trae muchachitas tan lindas como tú, para mí, ja, ja, ja,……..No las tengo que ni ir a buscar como cuando buscaba esmeraldas en una mina, el mar me las trae facilito y hasta gratis! 

Para nada le había resultado graciosa la galantería, a la mujer en bikini por la playa de Miami Beach.  Una mueca en su rostro expresando incomodidad y hasta desprecio, fue la única respuesta que Carmelo recibió, pero eso a él no le pareció importarle. La infinidad de mujeres bellas y jóvenes ataviadas con vestidos de baño, todo un panorama distinto al que él tenía en Boston junto a su norteamericana esposa, lo envolvía en la total tentación de olvidar quién era él y el papel que debía ocupar como un hombre maduro y casado.   
     Carmelo era un Rosales más en este mundo, pícaro, relajado e informal.  Se diferenciaba de su hermano Fabriciano en dos cosas fundamentales.  La primera de ellas era el manejo del poder.  Carmelo no era un importante industrial de las esmeraldas a pesar de haber sido minero y de haber podido aprovechar el avance económico y social de su hermano.  Él optó por una vida cómoda, pero sin complicaciones y presiones.  Para ello, las acciones en la empresa Gemas Generación Rosales, S.A. y la fortuna de su suegro, el viejo senador McDowell, eran suficientes para lograr ese objetivo.  La otra diferencia radicaba en lo físico.  Fabriciano era de tez clara y ojos celestes, mientras que Carmelo presentaba rasgos distintos, de piel, ojos y cabellera más oscura.  Esto era evidencia que sólo compartían el apellido de su madre Dulcidia Rosales, pero que ambos tenían padres diferentes.  El padre de Carmelo no se trató de un gringo que pasó por la región de las esmeraldas; en su caso su progenitor se trataba de un hombre de la localidad minera de nombre Custodio y famoso por su mal y violento carácter. 

   Carmelo más relajado se acerca a la barra de un bar abierto en la playa de Miami y decide tomar su celular:  -¡César, sobrino, te habla tu tío Carmelo, cómo te va, m’hijo!  Yo aquí bronceándome, ¡sin pensarlo me fui para Miami, dejé Boston y me largué para acá! Que bonito está esto por acá, me estoy preparando para volver al sabor latino de mi patria, ja, ja, ja,...Oye, sobrino, te llamaba para que me ayudes con la gringa Dorotea, se me ocurrió decir lo siguiente:  Que tu tía Dalia, la hermana de tu mamá Nidia, organizó un brindis en honor a tu boda con Merceditas y me avisaron de último minuto y no tuve más remedio que venirme para acá.  Si la gringa te llama, dile que sí hay una fiesta en casa de Dalia en honor a tu matrimonio.  Con eso tengo suficiente, porque yo luego me arreglo con ella, diciéndole que no la llevé para que no se asoleara, que cada vez que la pobre se quiere broncear, queda roja como un pescado asándose en parilla y ella así no puede llegar a la gran boda.  ¡Genial mi idea, sobrino, cierto! 

    Desde Bogotá, César le responde por el celular a su tío:  -Tío, con mucho gusto le colaboraría, pero hay el pequeño problema que Dorothy se adelantó y me llamó primero que tú para preguntarme si era cierto lo de la fiesta en Miami por la boda.  Yo no lo negué, pero tampoco lo afirmé con toda la certeza del mundo, en pocas palabras dejé abierta la posibilidad.  Tendrá que arreglárselas por su cuenta y tratar de ser convincente.  Qué pena con usted......Carmelo le agradece a su sobrino la ayuda:  -César, sobrino,  no se apene, yo le agradezco la ayuda prestada y la verdad es que eres un hombre serio e inteligente, ¡lo pícaro y astuto lo heredaste de lo Rosales!, pero hay que reconocer que eres la viva estampa de tu abuelo Nicanor, no sólo en lo físico, sino también en lo correcto. 
    Los ojos verdes de César, el llamado “zar legal de las esmeraldas”  brillaron ante las palabras de su tío.  Él asentó con su cabeza al escuchar el cumplido de Carmelo y su rostro y gestos eran ver a Nicanor De la Vega nuevamente en pie y más vivo que nunca.



Continuará en la próxima #HistoriasCortasTCE No.20-Parte 1….


Melissa G.

 #HistoriasCortasTCE que puedes leer también:

#HistoriasCortasTCE: No. 2: La foto casi perfecta de César y Mercedes.
#HistoriasCortasTCE No. 3: "El anillo de esmeraldas de Fabriciano".
#HistoriasCortasTCE No. 5: “Las Llaves de La Casona”.
#HistoriasCortasTCE No. 11: ¡A LA MINA LA PRÓSPERA!
#HistoriasCortasTCE No. 13. “Los Viejos Tiempos de la Guaquería”.



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